Sugiero explorar las calles empedradas alrededor del hotel, son perfectas para disfrutar de la arquitectura local y las vistas al río Huécar.

La cena fue un manjar, con sabores que viví en cada bocado. disfrutamos del desayuno con vistas que te dejaban sin aliento. La habitación era preciosa, amplia y llena de encanto, haciendo que cada momento valiera la pena.

Disfrutamos mucho, pero hay que tener en cuenta que las escaleras pueden ser un dolor de cabeza para aquellos que no sean ágiles. A veces cuesta subir y bajar, pero el ambiente rústico sigue brillando.

La ubicación es increíble, justo sobre la catedral y

las vistas desde la terraza son simplemente espectaculares. El ambiente del edificio es rústico y encantador, pero la limpieza del servicio podría mejorar. Cuenca es muy pintoresca, y el personal fue atento y amable durante toda nuestra estancia.

La ubicación es ideal, todo a pie. La habitación tenía vistas fabulosas y el edificio, un encanto histórico. Perfecto para explorar.

Las escaleras son como una prueba de agilidad, ¡casi me mato con la maleta!

La posada san josé tiene unas vistas espectaculares desde la habitación y el comedor. La ubicación es inmejorable, muy cerca del centro histórico. El personal es muy amable y cercano, lo que hace que te sientas como en casa. La terraza de la habitación es preciosa y el desayuno está bastante bien.

Lo recomendaría.

Vistas impresionantes, ubicación estratégica, encanto rústico.

Las escaleras son un verdadero laberinto, ¡casi me rompo la cara bajando una maleta!!! Necesitaría un ascensor que facilite el acceso, especialmente para quienes viajan con equipaje. Además, la recepción tiene un aire de abandono que no está a la altura de lo que se espera.

La ubicación es perfecta en el corazón del casco antiguo. Las vistas desde mi habitación eran extraordinarias, sobre todo hacia la hoz del Huécar. El personal siempre amable y atento, un trato cálido que se agradece.

Me ha encantado todo.

Todo detalles, cero tonterías

El lugar tiene un encanto especial, con habitaciones limpias y cómodas. Las vistas son impresionantes y el servicio es excelente. Aunque podría mejorar la modernización de las instalaciones, el carácter rústico del hotel lo hace único. Ideal para quienes buscan un hospedaje con historia y buena atención.

vistas impresionantes desde una habitación espaciosa

habitaciones amplias, vistas espectaculares

desayuno poco memorable

Las vistas desde la habitación son impresionantes, y el trato del personal es excepcional, siempre amables y atentos. Sin embargo, hay muchas escaleras que podrían dificultar el acceso, especialmente para personas con movilidad reducida. La carta del restaurante es atractiva, pero un poco cara en comparación con otros lugares similares. No se puede ignorar que la falta de armarios adecuados en la habitación puede ser incómoda para algunos viajeros.

Las vistas eran increíbles, aunque las escaleras resultaron incómodas para subir.

Qué gran experiencia pasamos en este lugar. la cena fue un festín memorable con el menú degustación, y las vistas desde la habitación nos dejaron sin aliento. Definitivamente volvería.

Las vistas desde la habitación eran impresionantes. El lugar tiene un encanto especial y el personal se mostró siempre amable. Disfrutamos de la cena en el restaurante, donde se sirve buena tapa. Sin duda volveré a este lugar tan acogedor en el futuro.

El desayuno podría ser más variado. Las habitaciones tienen algo de humedad.

El lugar tiene vistas espectaculares a la Hoz, lo que hace la estancia más agradable. Las habitaciones son sencillas y limpias, aunque el mobiliario podría modernizarse. Las escaleras son un inconveniente, especialmente al llevar el equipaje, lo que puede dificultar la experiencia.

Las vistas desde la habitación eran impresionantes, especialmente hacia la hoz del Huécar. Las escaleras son un verdadero laberinto, complicadas para llevar el equipaje.